Dando yo vueltas a la cabeza...
He pensado, "¿y si alguna de las personas que visita mi blog quiere castrar a su perro/a y no está seguro? ¿Y si tiene miedo de que sea una operación peligrosa? ¿Y si tiene miedo del post-operatorio? ¿Y si no conoce las ventajas de estar castrado?" Bueno, pues hoy aqui, yo, Lola, les voy a contar mi propia experiencia. De este modo podrán tomar una decisión en base a un hecho real.
Aquí comienza mi historia...
¡Hola! Como muchos sabréis, mi nombre es Lola. Mis actuales compañeros de piso me adoptaron cuando yo tenía seis meses de edad. ¡Ya era bastante grande! Así que no tardé en tener mi primer celo. Ellos, con mucha paciencia, siempre limpiaban lo que yo manchaba y tenían mucho cuidado de sacarme con correa para que ningún macho viniera a montarme.
Cuando, al par de meses, me vino mi segundo celo, la cosa fue algo diferente. Fuimos un día a casa de Nessa, que es una amiga de la que suelo hablar aqui en este blog, a pasar el rato. Y ella, como solía hacerme, me montó. ¡No debería de haber habido ningún problema! !Nessa es una hembra y yo también! Además, realmente, no sabemos si ese fue el factor clave que desembocó en lo que pasó a continuación, pero tenemos nuestras sospechas: tuve un embarazo psicológico.
Me volví llorica y empecé a dar leche por las tetillas. Jose le dijo un día a Irina, "Iri, Lola tiene pus en las tetillas". E Irina cuando llegó le dijo, "¿Qué dices? Esto es lechita". Más tarde, hablaron con mi veterinario, que la verdad es que me cuida mucho porque somos un poco amigos (y vecinos), y nos dijo que lo que yo tenía, efectivamente, era un embarazo psicológico y que, una vez ha tenido uno, lo más probable es que tuviera más.
"¿Piensan cruzar a la perra?" preguntó. Y mis compañeros le dijeron que no. "Pues lo mejor es castrarla. Porque así reducimos el riesgo a que tenga tumorcitos en las mamas y además no tendrá más embarazos psicológicos" dijo él. Irina y Jose ya tenían pensado castrarme hacía tiempo y esto sirvió para reforzarles la idea.
Al par de meses fue Navidad y Irina me llevó a Fuerteventura (donde viven sus padres y mi veterinario). Ese año por Navidad Papa Noel me trajo una castración y los Reyes una plaquita con mi nombre y el número de teléfono de Irina.
Como han podido comprobar, si vuestra intención es no tener cachorritos, la mejor opción es sin lugar a dudas la castración. Inclusive, después de los cachorritos, la castración es la mejor opción también. Aumenta la esperanza de vida entre otras muchas cosas que ya he nombrado. Todos sabemos la cantidad de perros sin hogar que hay en este mundo y no pretendemos que de un día para otro ningún perro del mundo tenga más cachorros. Pero si es cierto que debemos hacer por el bien común y no por el bien propio.
Yo se que voy a tener una buena vida y que mis compañeros me cuidarán hasta que me haga viejita. Pero, ¿quién le promete eso a mis posibles cachorros? Si de verdad quieren una mascota hagan como hicieron conmigo y busquen a gente que no pueda cuidad de sus animales o vayan a la perrera. Allí hay un montón de animalitos deseando compartir su amor contigo, como yo lo comparto con mis compañeros de piso y con Marceline a diario.
Espero que les haya gustado mi experiencia.
¡Si tienen alguna duda déjenmela en los comentarios y la responderé!
Saludos Castrados
Lola
PD: Ella no lo sabe, pero a Marceline también la van a castrar este mes de octubre.
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